Médicos cubanos en España: salvavidas de la sanidad pública y víctimas de la espera

Foto: Mabel Torres.
«Enfrentarme a los pacientes y a un sistema de trabajo diferente no fue lo más difícil. Lo más difícil fue esperar dieciséis meses por un papel. Un papel que dijera que era oficialmente médico en España». Así comienza el relato del galeno cubano Alain Miguel Rodríguez Martín sobre cómo consiguió ejercer en el país europeo desde hace 7 años, luego de haberse graduado en Cuba y trabajar en Venezuela y Pakistán.
«Me recibí en 2014 de Medicina y cursé la especialidad de cirugía general entre 2014 y 2017 en Las Tunas», recuerda. El proceso de homologación de su título de médico duró casi año y medio. «En mi caso fueron exactamente dieciséis meses. Todo era presencial. Había que entregar los documentos y esperar». Luego de aprobado el trámite, Alain Miguel se aventuró en un nuevo proceso de homologación; el de su especialidad, pero no corrió con igual suerte.
Inició la solicitud hace cinco años. El proceso continúa y aún no tiene respuesta. No es el único en esa situación. Dice que no conoce a ningún cubano al que le hayan homologado cirugía general. «Tengo compañeros que llevan aquí veinte años y aún esperan».
Convencido de que lo más probable es que nunca lo lleguen a reconocer como cirujano, Alain se presentó cuatro veces al examen MIR, una prueba nacional que permite acceder a la formación médica especializada. Hace unos años consiguió cupo para cursar Medicina del Trabajo, pero tuvo que abandonarlo por la precariedad que enfrentan los residentes. Vivía en Madrid y recorría casi 300 kilómetros hasta Albacete cada semana. «No podía sostenerlo. El sueldo de residente no daba», se lamenta.
Este año, volvió a presentarse al MIR. Espera poder elegir la especialidad de Medicina de Familia. «No es lo que quería, pero sin un título de especialidad de aquí no puedes estabilizarte en la Sanidad Pública. Y eso, después de casi una década aquí, es lo que busco: estabilidad».
MÉDICOS CUBANOS ATRAPADOS EN LA BUROCRACIA
La historia del doctor Alain se inserta en un contexto de escasez de personal médico en el sistema sanitario español. Los profesionales cubanos se han convertido en un sostén crucial para mantener a flote la Atención Primaria. En las Islas Canarias —donde el déficit de especialistas en medicina familiar y pediatría es especialmente agudo— decenas de médicos cubanos cubren la escasez de las plantillas en clínicas y hospitales.
De acuerdo con un reportaje de Cadena Ser, más del 30 % de los médicos en plazas sustitutas de Atención Primaria en el archipiélago son extranjeros, y entre ellos predominan los cubanos. De los 112 médicos foráneos registrados en estos servicios, 83 provienen de la isla caribeña. La mayoría ejerce sin que se les haya reconocido aún su especialidad en medicina familiar o pediatría, a pesar de contar con los títulos y la experiencia necesarios.
España vive una paradoja sanitaria: necesita con urgencia médicos, pero mantiene atrapados a miles en un limbo burocrático. Según declaraciones de Julio Roque González, coordinador del Movimiento de Homologaciones Cubanas en España y pediatra con más de 35 años de experiencia, al menos 3 000 profesionales cubanos —en su mayoría sanitarios— aguardan la homologación de sus títulos académicos. El proceso, que debería tardar un máximo de seis meses, de acuerdo con lo establecido por el Real Decreto 889/2022, puede extenderse por años. Casos documentados por elTOQUE revelan esperas de hasta seis años y más.
Estas demoras son cuestionadas por los profesionales de salud cubanos, debido a que los programas de medicina de la isla ya han sido revisados y validados por la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), en España. Como resultado, los galenos titulados en Cuba gozan de una ventaja sobre algunos provenientes de otras regiones: la «homologación directa», como se conoce en el gremio. Sin embargo, esa vía, teóricamente expedita, rara vez se cumple en la práctica, en lo que a tiempos de espera respecta.
Frente a la lentitud del Ministerio, los afectados han comenzado a organizarse y alzar la voz públicamente. El 25 de septiembre de 2024, decenas de cubanos y otros colectivos de latinoamericanos protestaron frente al Congreso de los Diputados en Madrid. Fue la segunda manifestación del año convocada por la Asociación de Médicos Cubanos en España y el Movimiento de Homologaciones Cubanas.
A raíz de las protestas y la presión del colectivo médico migrante, el Gobierno introdujo una serie de reformas a finales de 2024 destinadas a agilizar el proceso de homologación y equivalencia de titulaciones extranjeras. En una comparecencia ante el Congreso, Diana Morant —ministra de Ciencia, Innovación y Universidades— afirmó que ese año se resolvieron más de 40 000 expedientes, casi el doble que en 2023. Para 2025 planean dar respuesta a 80 000 peticiones.
ESPAÑA NECESITA PERSONAL SANITARIO
Mientras tanto, las cifras oficiales del Ministerio de Sanidad español indican que el país necesita incorporar al menos 5 874 profesionales al sistema público de salud, particularmente en el área de Atención Primaria. Una encuesta conjunta del diario El País y Lighthouse Reports reveló en 2024 que seis de cada diez inmigrantes trabajan en sectores de alta demanda sanitaria, pese a que España ostenta el segundo índice más alto de desempleados extranjeros con estudios del área de la salud en la Unión Europea.
Incluso sin homologación de sus especialidades, los médicos cubanos están presentes en consultas de cabecera y servicios de urgencias, especialmente en zonas con menor cobertura. Desde el sindicato médico canario se reconoce abiertamente que, sin esta fuerza laboral extranjera, el sistema colapsaría.
Para una médica cubana de 29 años que pidió mantener el anonimato, la presencia de profesionales sanitarios formados en Cuba podría ser una solución inmediata a la falta de personal en el sistema público español. En su opinión, muchas de las vacantes «podrían ser cubiertas perfectamente por médicos cubanos. Somos profesionales acostumbrados a trabajar en cualquier medio, con o sin recursos», afirma la joven doctora.
El proceso de homologación de su título le tomó dos años y diez meses, un periodo que define como «desgastante emocionalmente» y desde todos los puntos de vista, incluido el económico. La demora también tiene consecuencias profesionales. «Mientras más tiempo pase sin una resolución positiva de la homologación, vas perdiendo habilidades», advierte. «Aunque revises materiales teóricos e intentes mantenerte al día, hay competencias clínicas que solo se conservan con la práctica. Son cosas que el ministerio tiene que tener en cuenta», apunta.
EL ÉXODO DE MÉDICOS EN CUBA
Durante décadas, Cuba ha formado decenas de miles de médicos como parte de una estrategia para ejercer influencia internacional y captar divisas mediante el envío de brigadas al extranjero. Aunque esta política le valió reconocimiento mundial al Gobierno de Fidel Castro, también generó críticas luego de que medios independientes y activistas denunciaran las condiciones laborales de los profesionales enviados a las «misiones». Este panorama de explotación se mantiene vigente en la actualidad. Los médicos cubanos en labores de cooperación internacional deben entregar la mayor parte de su salario y cumplir con fuertes restricciones a sus libertades individuales y de movimiento.
En paralelo, la profunda crisis interna aceleró el éxodo de profesionales del sistema de Salud en Cuba. Solo en 2023, cerca de 43 000 trabajadores abandonaron el sector, según datos oficiales de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información. Miles de esos médicos y enfermeros buscan emigrar definitivamente o establecerse en países como España, donde intentan continuar sus carreras fuera del control estatal cubano.
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